Buenos días… Lo sé, he tardado unos meses (3 en concreto) para colgar este post, pero con el embarazo, el nacimiento de Valentina, la mudanza… no me ha dado la vida para compartir con vosotras antes este post.
Bueno, como ya visteis por Instagram, el día 1 de julio Alejandro y yo nos dimos el sí quiero. La verdad es que no fue tal y como lo habíamos planeado porque nunca pensamos que iba a haber una pandemia de por medio pero no cambiaríamos por nada lo bonito y bien que salió todo. La idea en un principio no era hacer un bodorrio a lo grande pero sí celebrar con más familiares y amigos íntimos nuestro gran día… algo que por el tema del Covid tuvimos que descartar, pasar a un plan B y sólo contar con los testigos que fueron mi padre y mi suegra.
Cuando se declaró el estado de alarma se paralizó todo el trámite del expediente matrimonial en el Registro Civil y dimos por perdido nuestro gran día. Sin embargo, a finales de junio nos llamaron del notario y del registro para avisarnos de que ya se había retomado todo y que si nos apetecía podíamos casarnos un miércoles… así que como nosotros somos de romper las reglas decidimos que cualquier día era bueno para celebrar nuestro amor, así que unas semanas después de esa llamada telefónica nos plantamos en el notario para darnos el Sí, quiero. Después nos fuimos a comer a un restaurante a pie de playa que nos encanta: Moments, y así, con todo improvisado (en el restaurante se quedaron flipados cuando nos vieron llegar jajajajaja) salió todo de maravilla.
Eso sí, un poco más y no entro en el vestido jajajaja, la idea antes de la pandemia era casarnos unos meses antes y compré el vestido en Asos sin pensar en que algo así pudiera pasar. La cremallera cerró justita justita… pero cerró y pude respirar (que eso era importante con semejante tripón de 7 meses que llevaba ya).
Ni liga, ni algo azul, un ramo sencillo improvisado dos días antes del sí quiero que me hicieron las floristas de Floristería San Blas y que no pudo gustarme más… Tampoco hubo cientos de invitados, ni peluquería ni maquillaje… fue una boda de lo más atípica pero ¿sabéis qué? fue la boda de mis sueños, con el hombre y el amor de mi vida… Sé que muchas estáis deseando que os cuente nuestra historia (que es larga) y prometo haceros un post contado cómo el destino hizo que nos encontráramos 10 años después de haber sido novios y habernos enamorado como el primer día (e incluso más) y ahora, dos años y medio después de ese reencuentro somos una familia, Valentina ha llegado a nuestras vidas para ponerlas del revés y llenarlas de más felicidad todavía y ampliar ese círculo familiar en el que también están presentes nuestras perras: Keka, Trufa y Ruta.
MIL BESOS, OS DEJO LAS FOTOS DE LA BODA (y de los dos vestidos que compré, uno para la firma del notario y otro para la celebración, aunque, como ya os he dicho, no hubo bodorrio en sí mismo y sólo usé uno de los vestidos):




















No hay comentarios