Todas queremos estar espectaculares cuando tenemos un gran acontecimiento, sobre todo si se trata de una boda, donde podemos sacar a relucir nuestra mejor versión y ese modelito que no podemos ponernos en ninguna otra ocasión. Pues bien, la clave está en encontrar el equilibrio para ir adecuadas y no caer en errores de protocolo, exigencias de los novios o cualquier cosa que nos pueda poner en evidencia, así que hoy os doy algunas claves para ser la invitada perfecta.
En primer lugar deberemos tener en cuenta si los novios exigen algún requisito especial, por ejemplo, vestir de un color o no usar uno en concreto porque tienen una boda temática o la novia tiene damas de honor… Una vez hecho esto, valoraremos si la boda es de día o de noche y la época en la que se celebra así como el lugar. No es lo mismo una boda en Sevilla a las 7 de la tarde que una en Pamplona a las 2 del mediodía. Tampoco es igual si es una ceremonia religiosa que, ya de por sí, exige un cierto protocolo, que si es civil o al aire libre…
De todo ello dependerá el escoger de manera correcta nuestro estilismo. Y si todavía tenemos dudas al respecto, os dejo unos consejos básicos para no caer en errores simples: Tocados grandes como sombreros, pamelas o canotiers… siempre para el día y cuando no llueva. Los tocados pequeños a modo de adorno pueden llevarse por la noche siempre y cuando no sean excesivos.
Los vestidos cortos o de cóctel mejor para el día (o para la noche en caso de que no seamos muy íntimos o cercanos a los novios). Los vestidos largos siempre para la noche. Por supuesto el blanco está prohibido (salvo que los novios digan lo contrario).
Y dicho esto, os dejo con mi elección para una boda de noche en Sevilla donde aposté por el clásico black & white de Atelier Badajoz y una diadema preciosa de Cherubina. Un vestido muy práctico, cómodo y reutilizable puesto que posee unas líneas sencillas y la lazada es fácil de retirar en caso de que pase de moda.





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