Como ya os adelanté con un par de estilismos la semana pasada, las flores dejan de ser las protagonistas de estaciones cálidas para llenar de color, vitalidad y romanticismo al otoño e invierno. El estampado floral llega pisando fuerte y en todas sus versiones: minimalista, barroca, XL, multicolor e incluso en el clásico black & white. Mientras haya flores, cualquier estampado vale.
Donde más lo vamos a encontrar va a ser en camisas, blusas, vestidos y chaquetas. Pero también en alguna falda y complementos. La clave para lucirlo con elegancia y estilo es la moderación. Aquí el menos debe ser más y si ya llevamos un estampado floral en alguna de nuestras prendas, apostaremos por la sobriedad y tonos neutros en el resto. Ya es suficiente con un jardín, no queremos un vivero en nuestro estilismo XD.
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