No ha pasado tanto tiempo desde que la gente de la calle se girase para observar, asombrada, cómo un hombre llevaba un bolso, un zapato peculiar o una camisa, como se diría por aquél entonces, fuera de lo común…
Sin embargo, poco a poco, los complementos masculinos han ido tomando protagonismo hasta que han logrado formar parte de los looks diarios y se han normalizado como tal.
Si hacemos un repaso de los complementos masculinos, hasta hace muy poco tiempo, podríamos reducirlos al reloj, cinturón, cartera y de manera excepcional, los zapatos y corbata.
¿Qué pasó con los tirantes, las pajaritas, los calcetines estampados, los pañuelos, los bolsos, las gafas de sol o los sombreros…? De pronto parece que esa moda que comenzó allá por los años 20 y estuvo presente de forma discontinua en varias etapas de la moda, como la de los años 60 y 80 ha vuelto renovada, llena de diseño, tendencia y actualidad y lo ha hecho para quedarse.
Hoy podemos encontrarnos al hombre más casual con un jean, una camiseta estampada, gafas de sol, un fular y bolso en el que integra multitud de complementos que le aportan personalidad, estilo y distinción propia.
Los tirantes ahora son un must tanto en los looks de estilo Hipster como en aquellos outfits pensados para un evento. El toque y función de los tirantes ya no se reduce a la sujeción y comodidad sino que ahora se convierte en un elemento que transforma un estilo en otro totalmente diferente. Algo similar pasa con los calcetines… Siempre quedará el protocolo pero… ¿Y lo bien que quedan esos calcetines con estampados y gama multicolor con unos vaqueros o pantalón de corte chino?
Sin duda, el hombre del siglo XXI es aquél que emplea complementos en su día a día y ha entendido el concepto de la moda más allá de las etiquetas; ha sabido sacar partido a su armario introduciendo complementos que aportan tendencia, actualidad y estilo propio que permiten mostrar la mejor versión de él mismo en cada momento.
*Artículo para Theomoda Magazine por Inmaculada González
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